Enclavado en la tranquila ciudad de Terrassa, se alza un edificio cuya presencia impone incluso en la distancia. El Hospital del Tórax, inaugurado en 1952 y abandonado desde 1997, ha sido calificado por muchos como el lugar más terrorífico de España.
Lo que empezó como un centro de referencia para enfermedades pulmonares se convirtió, con el paso de los años, en escenario de relatos macabros y leyendas. Hoy, su historia oscila entre lo documentado y lo inexplicable.
Un hospital con una historia oscura
El Hospital del Tórax fue concebido como un sanatorio especializado para pacientes respiratorios, especialmente tuberculosis. En ese momento, estas dolencias eran una amenaza común.
El edificio contaba con jardines, terrazas y zonas de reposo que respondían a la idea de que el aire puro ayudaba a la recuperación. Muy pronto empezaron a surgir historias inquietantes.
Según varias fuentes, la tasa de suicidios era alarmantemente alta entre los pacientes. Muchos se lanzaban desde la novena planta, conocida como “la planta maldita”. Un reportaje de RTVE confirmó que, ya en los años 70, el hospital tenía una fama poco envidiable por su entorno clínico. El trato, en algunas unidades, era deshumanizado.
Entre la medicina y lo paranormal
La decadencia del hospital coincidió con el avance de los antibióticos y la disminución de enfermedades respiratorias crónicas. Al quedar obsoleto, fue clausurado en 1997.
Desde entonces, el lugar ha sido asociado con fenómenos paranormales como ruidos y presencias. Visitantes reportan angustia, cambios de temperatura y sonidos inexplicables.
En 2006, el equipo de Cuarto Milenio grabó allí un especial donde registraron psicofonías y movimientos sin explicación. La SEIP y otros investigadores lo consideran uno de los epicentros del misterio en Cataluña, junto a lugares como el preventorio de Aigües.
La arquitectura del miedo
Una de las razones por las que el hospital causa tanto impacto es su arquitectura. El edificio principal tiene más de 60 metros de largo y una altura de nueve plantas. Las paredes interiores están cubiertas de grafitis, muchos de ellos con mensajes inquietantes o referencias a supuestos rituales satánicos.
Las salas de operaciones, las habitaciones de aislamiento y los antiguos quirófanos conservan restos de mobiliario médico que refuerzan la atmósfera siniestra. El hospital también contaba con un pequeño anfiteatro médico, donde se realizaban autopsias y prácticas académicas.
Hoy en día, ese espacio es uno de los más evitados por quienes se atreven a entrar al recinto. Incluso durante el día, la oscuridad interior y el silencio cortado por escombros hacen que el visitante más escéptico experimente una sensación de malestar.
Reconversión cultural: del abandono al cine de terror
En los años posteriores a su cierre, el edificio pasó a manos del Ayuntamiento de Terrassa y más tarde fue gestionado por el Parc Audiovisual de Catalunya.
Gracias a su peculiar atmósfera, el Hospital del Tórax ha servido como escenario para diversas producciones cinematográficas y televisivas. Películas como Rec 2, Fragiles o Los Sin Nombre han sido rodadas allí, aprovechando su estética realista y su ambiente opresivo.
El Parc Audiovisual ha intentado, en la última década, revalorizar el espacio desde una perspectiva cultural, organizando rutas guiadas, visitas controladas y actividades vinculadas a la historia del cine. No obstante, muchas de las zonas más inquietantes del antiguo hospital siguen cerradas al público por razones de seguridad y conservación.
¿Un caso de sugestión colectiva?
Aunque abundan los testimonios sobre experiencias paranormales, no hay estudios científicos que confirmen actividad sobrenatural en el Hospital del Tórax. Expertos en psicología y sociología sugieren que estos fenómenos podrían deberse a sugestión colectiva, influenciada por el entorno deteriorado y la fama del lugar.
Un estudio de 2020 de la Universidad Autónoma de Barcelona concluyó que espacios abandonados pueden intensificar emociones y alterar la percepción, sobre todo en personas sugestionables. Este enfoque no invalida el misterio, sino que lo complementa: ¿cuánto hay de real en la leyenda del hospital, y cuánto proviene de nuestro propio miedo?
Conclusión: Entre el mito y la memoria
El Hospital del Tórax sigue siendo uno de los lugares más inquietantes de España. Su pasado médico, los relatos de sufrimiento y su abandono han alimentado una atmósfera única.
Hoy, su imagen vive tanto en la memoria colectiva como en el cine de terror, donde sus pasillos vacíos se convierten en decorado real del miedo. Quizás nunca sepamos si el hospital está realmente maldito o si solo proyectamos en él nuestros propios temores. Pero una cosa es segura: quien entra, no lo olvida.
