El enigma de las caras de Bélmez, surgido en 1971 en Bélmez de la Moraleda (Jaén), permanece hasta hoy como uno de los misterios más debatidos y mediáticos de España.
Ocurrieron manchas con forma de rostro en el suelo de una vivienda, lo que despertó desde interés popular hasta estudios científicos rigurosos. ¿Realidad paranormal o engaño con fines económicos? Este artículo explora evidencias actuales, posturas enfrentadas y datos sociológicos del fenómeno.
El comienzo del suceso en Bélmez
El 23 de agosto de 1971, María Gómez Cámara afirmó haber visto en el suelo de cemento de su cocina un rostro humano. Raspado y recubierto con yeso por un albañil, el rostro reapareció días después, y se multiplicaron nuevas figuras en el pasillo y otras estancias.
Se decía que las formas podían aparecer, transformarse o desplazarse aparentemente “solas”. El fenómeno atrajo a numerosos medios y visitantes, convirtiendo la pequeña localidad en epicentro de un emergente turismo oscuro.
Hipótesis e investigaciones científicas
Durante los primeros meses, la prensa mostró divisiones claras: mientras Pueblo apoyaba el origen paranormal, El Ideal publicó análisis que atribuían los rostros a pintura con sales de plata y nitrato, métodos comunes en fotografía ya utilizados en los años cuarenta.
Investigadores escépticos como Francisco Máñez y Javier Cavanilles publicaron en 2007 un libro contundente que acusa claramente a la familia de María de planear un fraude rentable.
Por su parte, un análisis del Instituto de Cerámica y Vidrio (ICV), dependiente del CSIC, examinó muestras en los años noventa y no halló restos de pigmentos convencionales ni trazas químicas compatibles con pintura o nitrato.
Sin embargo, el CSIC también admitió que el muestreo fue irregular, lo que deja dudas sobre la validez de las conclusiones. En 2014, el programa Cuarto Milenio (Iker Jiménez) llevó a cabo nuevas pruebas químicas.
El ingeniero José Javier Gracenea y el criminólogo Luis Alamancos no lograron reproducir los rostros mediante ácido, pintura u otros reactivos. Concluyeron que la palabra que resumía su opinión era “desconcierto absoluto.”
Interpretaciones paranormales y parapsicológicas
Quienes defienden la versión esotérica sostienen que las manchas serían manifestaciones psiquicas (teleplastias), generadas por la energía subconsciente de María o de otras personas que vivieron el fenómeno.
El diario ABC en un artículo reciente define esta facultad como acción de la mente sobre la materia, y sugieren que el fenómeno podría haberse perpetuado por contagio psicológico.
Otra línea parapsicológica la impulsó José Martínez Romero, pionero español que estudió el fenómeno desde los años setenta y clasificó los tipos de rostros según su duración (fijos, fugaces o en transformación). Su trabajo es considerado uno de los primeros tratados sobre el enigma en profundidad.
Turismo oscuro y repercusión social en Jaén
Un estudio académico de la Universidad de Jaén (2018) analiza el fenómeno desde la perspectiva del turismo oscuro: el fenómeno movió miles de visitantes entre 1971 y 2016, especialmente desde otras provincias andaluzas y comunidades cercanas, convirtiéndose en un atractivo cultural más allá del misterio propiamente dicho.
El Centro de Interpretación de las Caras de Bélmez, abierto en 2013, recibió fines de semana entre 40 y 50 visitantes según encuestas semiestructuradas realizadas en ese periodo.
Además, el fenómeno se ha situado dentro de una oferta más amplia del turismo esotérico en la provincia de Jaén, junto a leyendas íberas, ritos ancestrales y figuras míticas como la Tragantía o el Lagarto de la Magdalena, tal y como destaca un reportaje reciente del periódico El País (mayo 2025).
¿Fraude, ilusión o energía inexplicable?
- Los análisis iniciales de prensa y algunos investigadores apuntan al uso de sustancias químicas (nitrato, sales de plata) para crear las figuras y ganar dinero con visitantes.
- Estudios posteriores del CSIC y del ICV no hallaron pruebas concluyentes de pintura y algunos testigos afirman haber presenciado la formación espontánea del rostro en minutos.
- La hipótesis parapsicológica sigue vigente entre entusiastas: la mente humana como provocadora de efectos visibles, aunque sin replicabilidad científica reproducible.
Conclusión
A más de medio siglo del primer rostro en la cocina de María, las caras de Bélmez siguen fascinando, más por lo que representan culturalmente que por su explicación final. Es un relato que conjuga misterio, estudio científico, interés mediático y economía turística en un pueblo andaluz.
La verdad definitiva parece esquiva: mientras algunos creen en energías inconscientes capaces de alterar la materia, otros desconfían del sensacionalismo y la motivación económica. En definitiva, el lector decide: ¿fraude bien planeado o fenómeno paranormal real?
